Actualmente se acepta el término grafiti, pero durante todo su origen y desarrollo como movimiento (graffiti move), se ha utilizado la palabra graffiti.
Si buscamos el significado del término “graffiti” encontraremos que puede venir del griego graphein, que significa escribir; del latín graphiti: en italiano, graffiti es el plural de graffito, que significa ‘marca o inscripción hecha rascando o rayando un muro’ y así se llaman las inscripciones que han quedado en las paredes desde tiempos del Imperio Romano.
Esto nos hace entender, que tanto el muro, como el soporte móvil (como puede ser una roca) son el soporte ideal de comunicación y registración de datos. Si lo comparamos con un cd de hoy en día, podríamos apreciar, que si pasan 2.000 años –por ejemplo- la piedra seguiría mostrando su contenido, sin embargo el cd o estaría dañado o no se podría leer.
Volvamos al término: Raffaele Garrucci divulgó el término en medios académicos internacionales a mediados del siglo XIX. El cultismo se popularizó y pasó al inglés coloquial al usarse en periódicos neoyorquinos en los años sesenta. Por influencia de la cultura estadounidense, el término se popularizó en otros idiomas, entre ellos el castellano. Curiosamente, aunque el término graffiti ha pasado a muchas lenguas, en italiano se emplea el término de origen inglés writing para referirse a los grafitos de estilo hip-hop, ya que graffiti conserva su sentido original.
El Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia española recomienda el uso de la palabra grafito. Admite como válido el uso de grafiti en singular, y de grafitis en plural, aunque recomienda usar la palabra «grafito» y «grafitos» para su plural, que son las versiones castellanizadas de graffito y graffiti respectivamente. Recomienda además que cuando se trate de un texto o dibujo pintado, y no rascado ni inciso, se utilice pintada. Pero aún con todo, el graffiti move ha tenido mayor peso y mantiene su palabra con la aceptación popular.
Según el diccionario de la Real Academia pintada/grafito es definido en su segunda acepción como: “letrero o dibujo grabado o escrito en paredes u otras superficies resistentes, de carácter popular u ocasional, sin trascendencia”.
Y en general lo entendemos como varias formas de inscripción o pintura, generalmente sobre propiedades públicas o privadas ajenas (como paredes, vehículos, puertas y mobiliario urbano, así como pistas de skate).
Según las primeras descripciones del término, deducimos que es prácticamente tan viejo como el hombre. No obstante, ese graffiti hip-hop se puede decir que surge en Nueva York, y pronto es un juego basado en la competición: cada escritor propaga su nombre para que aparezca cuantas más veces mejor (dejarse ver). Las pequeñas y simples firmas se convirtieron en complejas caligrafías y enormes piezas de colores, debido a la saturación visual y el objetivo de resaltar. El metro, que multiplican la visibilidad del nombre al pasearlo por la ciudad, se convirtió en el soporte preferido.
En los ochenta, a raíz de la guerra de estilos y a través de los medios de comunicación, el graffiti fue adoptado por adolescentes de todo el mundo para conseguir el respeto de sus pares. El mérito se medía por la cantidad de firmas, por el riesgo, y por supuesto, por su estilo.
AVELLANO, Juan (2015). La pintura mural y su Didáctica. Tesis Doctoral. Madrid. UCM. pp 35-38
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