Según la Real Academia Española, la primera definición para la palabra pintura es: “arte de pintar”; seguido de “tabla, lámina o lienzo en que está pintado algo”; “obra pintada”; “color preparado para pintar” y “descripción o representación viva y animada de personas o cosas por medio de la palabra”. En ningún momento se hace referencia a la parte mural. Sin embargo, la definición que dan para la palabra mural es: “perteneciente o relativo al muro”; seguida de la definición: “dicho de una cosa: que extendida, ocupa buena parte de pared o muro. Mapa mural”; y en tercera instancia “pintura o decoración mural”…
En general la gente lo entiende como una imagen que usa como soporte un muro o pared. Pero su recorrido histórico y su Didáctica, así como su divulgación, han dado a entender conceptos erróneos, como por ejemplo que dicho soporte está hecho únicamente o de piedra, o de ladrillo. Aún hoy en día mucha gente entiende la pintura mural como la ejecutada con la técnica al fresco.
En restauración por ejemplo, es considerada como un procedimiento complejo y dinámico de intervención, y se persigue la conservación de bienes culturales como un proceso científico. No hace falta decir que es una manifestación determinada con sus propias peculiaridades y características, por lo que cualquier proyecto de restauración debe, por decirlo de algún modo, adecuarse al objeto intervenido. Todo esto viene muy acorde con la definición clásica: “Se trata de una técnica cuyo soporte viene definido por una serie de rasgos intrínsecos y cuya posición fundamental es la condición de subordinación a la arquitectura.”
Pero… ¿está siempre condicionada a la arquitectura?
-La pintura mural, es sin lugar a duda, el método pictórico más antiguo del hombre. En la prehistoria, el hombre se ha expresado de múltiples maneras en forma gráfica, antes de que dichas representaciones llegasen a transformarse en letras, dando lugar al inicio de lo que hoy en día conocemos como Historia. Desde entonces hasta ahora ha habido muchos cambios en la pintura; pero el muro siempre ha sido –nunca mejor dicho- el mayor soporte para la pintura.
Cuesta entender cómo hoy en día la pintura no contempla con el debido respeto el soporte mural, que no siempre está enlazado a la arquitectura, sino al muro, aunque cierto es que en su gran mayoría y a lo largo de la historia, han convivido formando un uno. Fue Borobio quien señaló: “El mural no es algo que se añade a la arquitectura, sino que es una parte integrante de la arquitectura y a veces la más característica del ambiente arquitectónico.” Aunque es más que obvio que la pintura se integra en el espacio en el que se ubica.
Hablamos de un tipo de obra pictórica cuya característica principal del soporte, es que sea fijo y normalmente continuo, aún sabiendo que puede estar situado en distintos sistemas o elementos estructurales.
El soporte fijo (que constituye una base sólida e inamovible, que viene siendo otra de sus grandes características); admite todas las técnicas pictóricas que se pueden aplicar a un soporte móvil. Es verdad que algunos de los materiales, se utilizan y funcionan mejor sobre un soporte móvil entelado, por ejemplo; pero otras técnicas murales no se pueden aplicar tan fácilmente al entelado, y otras son inviables. Si seguimos la línea definida por la RAE y entendemos como mural “aquella cosa que extendida, ocupa buena parte de pared o muro” …podríamos interpretar que estamos hablando de grandes formatos y proporciones; siempre y cuando, -por supuesto-,no estemos variando la escala.
¿Podría entonces decirse que las grandes dimensiones son características de la pintura mural?
La pintura pural siempre ha ido ligada a muros naturales o a espacios arquitectónicos, y que por tanto, abarca desde las grandes obras de la arquitectura a los más pequeños muros de ladrillo. Es verdad que históricamente, también debido a sus condiciones y posibilidades; las obras murales son de gran tamaño, pero no es motivo para que siempre deba ser así. Estamos hablando de obras en las que la pintura llega a formar parte del propio muro, luego es éste el que aporta el formato. Se entenderá que hay lienzos mucho mayores que algunos muros, aunque no es precisamente lo corriente. Así mismo, el soporte suele ser fijo, pero en según qué casos, se ha trasladado el propio muro.
¿Es entonces el muro un posible soporte móvil?
-Pues no es tampoco lo corriente, pero obviamente se podría llegar a mover.
La pintura mural se diseña para un lugar en concreto, por lo que se entiende que es de soporte fijo, puesto que durante el proceso de creación de la obra lo es, y solo en casos excepcionales se han cambiado de lugar.
Volviendo a las definiciones, la RAE define la palabra muro como “pared o tapia” Seguido de “muralla”.
¿Qué pasa entonces con suelos, techos, e incluso –añadiría- mobiliario urbano?
-Deben estar todos incluidos como posibles soportes. Por supuesto los techos no dan lugar a duda alguna, puesto que se han pintado en innumerables ocasiones como parte de la obra, así como bóvedas, plafones, cúpulas… el suelo es otra de sus extensiones, y abre un nuevo campo aún no tan explorado en la pintura, propiamente dicha, pero bajo mi punto de vista muy posible y logrado con muchas técnicas válidas en relación a la pintura mural, como pueda ser un mosaico. Muchas de las obras urbanas que han podido hacerse en carreteras, pistas de patinaje, canchas o similares, edificios abandonados y un largo etcétera, se catalogan como parte del street art, o del movimiento stencil, pero hay que recordar que el stencil es una técnica mural y el street art admite la pintura mural dentro de su repertorio, por lo que bajo mi punto de vista, no deja de formar parte, como tal, en ningún momento. En cuanto al mobiliario urbano, puede crearse un pequeño debate, pero hablando en el sentido técnico, las nuevas técnicas de la pintura mural son capaces de adoptar dicho mobiliario como posible soporte. Es por ello que se puede admitir e incluir en el repertorio de posibilidades.
También hay que tener en cuenta que si un mapa de amplias medidas, que abarque toda o casi toda la pared adquiere el nombre de mapa mural… ¿Cómo consideramos entonces a las grandes telas montadas en bastidor, que incluso pueden ser diseñadas para una pared o muro en concreto?
-En el Barroco (siglo XVII) el soporte fundamental continuaba siendo el muro (incluyendo bóvedas, plafones, cúpulas, etc), pero influenciados por la pintura de caballete, y siguiendo la técnica de Caravaggio, se introdujo como novedad recubrir estos soportes con tela preparada en rojo, para pintar sobre ella al óleo. Se podía encolar antes o después de pintada, pero en las zonas recalcadas, que son más difíciles, era necesario trabajar in situ. Esta técnica se ha empleado desde entonces hasta nuestros días.
-Es por ello que como se viene mencionando, también debieran considerarse como pintura mural, las telas que hayan sido diseñadas para ser colocadas en algún muro o paramento en concreto. Es mural por lo tanto, todo tipo de pintura aplicada en cualquiera de sus posibilidades técnicas, sobre un soporte fijo o diseñado para serlo.
Por último mencionar, que la pintura mural se entiende por lo normal como un tipo de pintura bidimensional condicionada por los paramentos arquitectónicos o muros que actúan sobre el soporte. Pero, son precisamente las condiciones que pone el soporte, las que hacen que la pintura mural pueda ser tridimensional, ya sea por relieves del paramento, o por las propias construcciones arquitectónicas que forman curvas, esquinas, salientes, etc.
AVELLANO, Juan (2015). La pintura mural y su Didáctica. Tesis Doctoral. Madrid. UCM. pp 35-38
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